De Isla Mujeres a Cancun y de ahi a
Tulum, junto con Lorena y dos nuevos amigos de viaje, los mexicanos
Yiyi y Roberto, dos lindos personajes con los que compartimos un par
de dias de viaje.
El
primer dia en Tulum visitamos su sitio arqueologico maya, que tiene
la particularidad de ser el unico construido a orillas del mar con lo
cual tiene el privilegio de tener playas.
La
ciudad recibía en la antigüedad el nombre maya de Zamá (que
significa en maya amanecer) y el actual, Tulum (que
significa en maya muralla), que parece haber sido utilizado
para referirse a la ciudad cuando ya se encontraba en ruinas. Por los
numerosos registros en murales y otros trabajos encontrados en los
edificios de la ciudad, se tiene considerado que Tulum fue un
importante centro de culto para el llamado "dios descendente".
Aunque
se han encontrado inscripciones que datan de 564, la mayor parte de
los edificios que se aprecian hoy en día fueron construidos en el
período posclásico de la civilización maya, entre los años 1200 y
1450. La ciudad todavía era habitada en los primeros años de la
colonia española pero a finales del siglo XVI ya no quedaban
residentes.
Hasta
principios del siglo XX algunos pueblos vecinos acostumbraban visitar
el sitio para llevar ofrendas pero el continuo flujo de turistas puso
la práctica en desuso.
En su epoca de apogeo esta ciudad se
dedicaba al comercio maritimo y era la puerta de entrada a muchas
ciudades del imperio.
Un dato que no se ve en las ruinas pero
que fue tenido en cuenta por los arquitectos constructores mayas es
que la ciudad fue emplazada frente a una abertura en el larguisimo
arrecife de coral que protege las costas de toda esta region de
Quintana Roo. Este hueco de apenas una par de metros permitia el
ingreso a Tulum de embarcaciones mayas pequeñas con mercaderias para
el trueque, pero no dejaba pasar las grandes embarcaciones de
colonizadores y piratas europeos que prefirieron por muchos años
dirigirse a otras ciudades mas accesibles.
Las playas de Tulum pueden dividirse en
tres sectores, las proximas a las ruinas son muy bonitas y hay varios
campings lo que hace a la onda de la gente mas relajada; las playas
del centro tienen mas rocas y abundan los hoteles boutique con spa,
etc. haciendo que el ambiente sea mas exclusivo y al final de la ruta
esta la reserva de Sian Kan, que se extiende por 10 km. Hasta Boca
Paila y Punta Allen; en este lugar cobran entrada ($27) y hay varias
casa particulares, hoteles y cabañas para alquilar, las playas son
extensas y con arena blanca, aunque por la ubicación donde se
encuentran sopla un fuerte viento todo el dia.
Esta reserva tiene una laguna muy
extensa con manglares, cocodrilos y gran variedad de peces y aves
exoticas.
Pasamos tres dias en el Camping Playa
Palmas ($100 c/u), armamos la carpa frente al mar, bajo palmeras
llenas de cocos y rodeados de gente muy relajada de todas partes del
mundo. Aqui no hay cocina ni luz asi que las fogatas nocturnas fueron
la mejor opcion para alumbrar y cocinar.
Aprovechando el fuerte viento que sopla
incansablemente se instalaron en estas playas varias ecuelas de kite
surf (surf con barrilete).
Una tarde en el pueblo de Tulum me
encontre de casualidad con un ex compañero de trabajo de mis dias
como mesero en San Diego, California; con el atendimos las mesas del
Restaurant Pampas Argentine Grill, allá por el año 2000.
Hoy Rene Gonzalez se dedica a llevar
turistas a la reserva de Sian Kan, donde ademas vive, para el
avistaje de aves y la navegación por las lagunas de manglares.
Nos ofreció el fondo de su casa para
poner nuestra carpa y un par de dias despues ahi estabamos...
El fondo de su casa en realidad son
50m2 de playa frente a un mar divino, aunque muy movido por el
viento.
Para repararnos un poco utilizamos la
cocina de su casa, sin luz ni gas, con lo que cocinar a leña y
encender velas fue la opcion mas copnveniente y amena.
Rene es tambien propietario de un
terreno al otro lado del camino, con acceso y muelle a la laguna; el
primer dia llegaron un par de pescadores amigos de el y juntos fuimos
a pescar al atardecer, tres pargos fueron la cena de esa noche...
De Sian Kan partimos a dedo de vuelta a
Tulum y luego de una noche en el Hostel The Weary Traveler ($150 c/u,
con desayuno y wifi) seguimos viaje con destino a la Laguna Bacalar,
distante a tres horas.
Esta laguna es muy larga y los
habitantes del pueblo que esta a su margen y que comparte el nombre
dicen que tiene siete colores, del celeste al azul.
Acampamos en Magic Bacalar ($90 c/u),
un pequeño hostel con camping y muchos arboles en la rivera de la
laguna, atendido por una familia muy buena lo que lo hace muy
tranquilo y perfecto para relajarse.
Este lugar tiene un muelle muy largo
para tomar sol, alquilar un kayak y remar o saltar a nadar en las
aguas poco profundas de esa zona de la laguna. Aunque no hay mucho
para ver haciendo snorkel es un placer disfrutar de la calma y
transparencia de sus aguas
A los dos dias de estar panza arriba en
el muelle decidimos hacer una excursión a nuestro primer cenote, a
una hora y media de caminata, casi sobre la ruta que va a Chetumal
(la capital de la provincia de Quintana Roo) se encuentra el cenote
Azul, que es un de los pocos con entrada libre y gratuita.
Un
cenote es una dolina inundada que se encuentra en algunas cavernas
profundas, como consecuencia de haberse derrumbado el techo de una o
varias cuevas. Ahí se juntan las aguas subterráneas, formando un
estanque más o menos profundo. Existen varios tipos de cenotes: a
cielo abierto, semiabiertos y subterráneos o en gruta. Esta
clasificación está directamente relacionada con la edad del cenote,
siendo los cenotes maduros aquellos que se encuentran completamente
abiertos y los más jóvenes los que todavía conservan su cúpula
intacta.
Es fantastica la sensación de nadar en
estas aguas, rodeados de peces y contemplando el universo submarino
con paisajes de arboles caidos, rocas, raices gigantescas y los rayos
de sol penetrando en las profundidades.
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