Este lugar se caracteriza por los lagos de colores rodeados
de naturaleza. Alli pudimos ver lagos desde celeste a verde turqueza, pasando
por todas las tonalidades intermedias.
Nos hospedamos en unas lindas cabañas frente al lago, ya que
por ser temporada baja y época de lluvias somos pocos los turistas por estos
lares y los precios son muy bajos comparados con la temporada alta. Cabaña para
dos personas de $150 a $200 (1 dólar = $12 mexicanos).
Alli conocimos a Fernando, un medico argentino radicado en
San Cristobal de las Casas que junto a su hijo y su sobrino disfrutaban de unos
días en los lagos del bosque; el nos explico la forma de llegar al sitio arqueológico
de Tenam Puente, que queda a medio camino entre Comitan y Sancris, y no es de
los mas turísticos. Este lugar fue nuestro primer sitio arqueológico Maya!
A pesar de no ser muy grande, comparado con otros, nos dejo
con la boca abierta. Esta acropolis fue residencia del grupo gobernante y
espacio sagrado donde se ralizaban los eventos mas importantes de la comunidad.
En este lugar se modificaron las colinas haciendo terrazas y
plazas siguiendo la topografía natural. A las plazas inferiores podía asistir
cualquier persona, mientras que a las superiores solo entraban sacerdotes y
miembros del grupo dirigente.
Tenam Puente fue la capital de una poderosa dinastía que gobernó
una extensa región del valle de Comitan hacia el año 100 a.C. y alcanzo su auge
entre 600 y 900 d.C. y continuo hasta 1200 d.C. cuando la ciudad fue
abandonada.
Los habitantes de Tenam enterraron a sus antepasados
importantes en la acropolis acompañados de muchos objetos, lo que permitio
comprender rango, nivel social y actividad.
Para los antiguos mayas, el juego de pelota tuvo un doble significado, guardaba un sentido ritual y funcionaba como deporte que se jugaba con pelota de hule en canchas delimitadas por dos edificios paralelos.
Los habitantes construyeron tres canchas, la mayor cantidad
entre las ciudades de la región. En las tres canchas se encontraron esculturas
talladas de prisioneros arrodillados, con las manos atadas y decapitados, lo
que muestra que los espacios también eran utilizados para sacrificio de
prisioneros de origen distinguido.
Cancha de pelota Maya |
Al dia siguiente de visitar estas hermosas ruinas mayas
decidimos continuar adentrándonos en el corazón de Chiapas, en la hermosa Selva
Lacandona.
A bordo de una combi recorrimos caminos llenos de densa vegetación
hasta llegar al poblado de Lacanja, habitado por aborígenes lacandones. Nos
hospedamos en las cabañasdel complejo Ya’hache, chiquitas pero sobre las márgenes
de un arroyo hermoso y rodeadas de selva ($150).
Como ir a visitar las ruinas de Yachilan y Bonampak
demandaba mucho dinero decidimos caminar unos kilómetros por la selva a unas
cascadas llamadas “Casa de las golondrinas”. Esta excursión es sencilla y
hermosa! Los senderos de la selva nos presentaron plantas exóticas increíbles y
la vegetación es tan tupida que el sol no siempre toca el suelo, propiciando la
proliferación de líquenes y hongos de formas y colores muy variados y nunca
antes vistos por nosotros.
Para llegar a las cascadas hay que cruzar cinco arroyos y
tomar algunas decisiones en las bifurcaciones del sendero, pero vale la pena la
caminata…
Al llegar un lacandon en una caseta cobra la entrada al
lugar ($35) y acto seguido uno se queda con la boca abierta al ver este rio
cayendo de poza en poza y como eramos los únicos en el lugar disfrutamos de la
cascada por un buen rato.
Y a seguir conociendo! Taxi hasta el cruce con la carretera y dedo en el control policial hasta que pase la primer combi hacia Palenque. Un lugareño en su camioneta fue nuestro raite (como le dicen aquí a hacer dedo, que viene del ingles ride) y como el viaje es de un par de horas las disfrutamos charlando con el sobre los zapatistas, el gobierno y las costumbres locales. La única parada fue para comprar algo para picar… un clásico de la comida al paso: chicharrones de cerdo y tortillas de maíz…
Y a seguir conociendo! Taxi hasta el cruce con la carretera y dedo en el control policial hasta que pase la primer combi hacia Palenque. Un lugareño en su camioneta fue nuestro raite (como le dicen aquí a hacer dedo, que viene del ingles ride) y como el viaje es de un par de horas las disfrutamos charlando con el sobre los zapatistas, el gobierno y las costumbres locales. La única parada fue para comprar algo para picar… un clásico de la comida al paso: chicharrones de cerdo y tortillas de maíz…
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